“La música no se escribe sobre un lienzo o un papel, sino sobre la memoria”.

“La música es rigor, disciplina y arquitectura”.

“Entre el hacer y el sentir, debe prevalecer el hacer, porque es mensurable, es racional”.

“Escuchar a Johann Sebastian Bach a los 12 o 13 años, suponía un mundo inabarcable para una persona que ni siquiera era capaz de pensar que hay que abarcar las cosas … Llegar a ser capaz de expresar algo con la música, para mí era una utopía… poco a poco esa utopía iba dejando de serlo”.

“Lo vivido y aprendido en la fundición de Alsasua ha marcado mi actitud ante la vida”.

“¿Tener conceptos claros? Imposible porque cada obra abre un problema distinto. Cuando termino una composición me doy cuenta de que a través del trabajo que he hecho, he ido aprendiendo a hacer esa obra y no otra. Por eso, al empezar la siguiente, -aunque sea un eslabón más de tu cadena creativa-, de poco sirve tu experiencia anterior porque tienes que empezar a aprender a hacer esa nueva obra. Por eso pienso que debe prevalecer el hacer al sentir y que el hacer hará aflorar el sentir”.

“Cada obra es una experiencia, y la siguiente será ampliar técnica y conceptualmente la obra anterior”.

“Cada obra es como un anillo: la razón de hacer otra obra, no es ser un maestro en esa forma sino añadir algo, bien sea en el aspecto técnico o conceptual… Cada obra se apoya en la anterior, y a su vez ésta será peldaño para la siguiente, y así, desde el año 62, tengo una obra articulada en 120 composiciones”.

“Una obra, hagas lo que hagas, debe exigir que, analíticamente sea inatacable, porque –siempre he pensado- que las obras que analíticamente son inatacables, tendrán permanencia en el tiempo; por el contrario, otras obras que han tenido unos aplausos fáciles, pueden facilmente olvidarse”.

"El mundo del absurdo resultaba muy interesante, pero para que algo permanezca, hay que echar mano de la memoria. El caos tiene mucho menos recorrido que el cosmos. Visto desde una perspectiva adecuada, el caos resulta un "pequeño accidente" que acaba, con el tiempo, deviniendo en cosmos",

“A mis alumnos siempre se lo repito: lo más importante para el compositor es preservar el tiempo para hacer música, nunca vender tiempo por dinero. ¿Cómo se consigue eso? Con una determinada actitud ante la vida, una manera de ver las cosas, de decidir y elegir.

Nunca cambiéis tiempo por dinero”.

“Ante los monjes de Leyre mantenía que no hay música religiosa, que es la letra la que aporta el significado religioso”.

“Toda obra en la que el texto sea más importante que la música es un panfleto”.

“Lo ideal, lo gratificante, por encima de cualquier interés, es pensar que en aquello en que trabajamos existe –aun presuntamente- una razón de hipótesis”.

“El tiempo pondrá las cosas en su sitio. He visto al público patear en conciertos con obras de Stravinsky o Bartok, o  a los propios intérpretes de una pieza contemporánea, reírse mientras tocaban; he recomendado siempre a mis alumnos huir de componer música blanda para complacer a la gente. La memoria ya se encarga de ablandar las cosas, y las piezas que se hacen así, quedarán enseguida gelatinosas. El público debe percibir una buena construcción, inatacable analíticamente, que quizá al principio no le guste, pero si le interesara”.

“Una vez escrita una obra ya no es tuya, depende de los demás, uno ha hecho lo que ha hecho, independientemente del éxito obtenido”.

“Hacer de la vocación una profesión es lo más importante que le puede ocurrir a uno, merece la pena luchar por ello, y pasar por encima del aspecto económico; es una gran razón para vivir”.

“Uno disfruta de la obra en la que trabaja diariamente, como un señor que hace zapatos. Por otra parte, el placer es estar con los amigos en una mesa charlando, cambiando impresiones... Uno de los mayores placeres de la vida es la amistad, creo que es un concepto que hay que elevar; de hecho, estoy trabajando en una cantata sobre un texto de Epicuro al respecto. También es cierto que con los amigos hablas de tu profesión que en este caso es la música. El haber conseguido hacer de una vocación, en mi caso la música, una profesión, eso es lo más grande que hay. Por lo tanto, el placer entra dentro de este logro".